La nueva metodología para medir el contenido estadounidense en un vehículo de importación hará el comercio entre México y Estados Unidos “tortuoso” y “costoso”, y el impacto terminará pagando el consumidor del vecino país del norte, así lo afirmó Gerardo Gómez, director general de J.D. Power de México.
Agregó que aún cuando el gobierno de Donald Trump afirma estar preparado con tecnología y equipos sofisticados de revisión en las aduanas, resultará complicado para la nueva oficina el recaudar e ingresar las importaciones de vehículos, así como hacer el pago de acuerdo con el porcentaje del auto que no sea de contenido estadounidense.
Asimismo Gómez indicó que “va a ser un camino tortuoso el poder llegar a definir cuál de los componentes que cumplen con la regla de origen y cuáles no y cuáles van a cargar con impuesto y cuáles no. Es decir, si de un vehículo que tiene 10,000 o 20,000 piezas -los más equipados-, ¿cuántas partes vienen de Estados Unidos que son que realmente las importaron y luego están en importación por ahí y se van a regresar, si no pagaron impuestos, sí pagan impuestos, ya pagaron algo, ¿cómo lo vas a reducir?”.
Como se sabe, la orden ejecutiva del presidente Donadl Trump especifica que sólo las piezas de automóviles que cumplan con el T-MEC quedarán exentas de arancel del 25% hasta que se defina un proceso para aplicar al contenido no estadounidense.
Así que México, Estados Unidos y Canadá están obligados a cumplir la regla de origen del 75% de componentes y autopartes para la fabricación de vehículos, con todo la orden de Trump para imponer aranceles del 25% a autos no fabricados en su país va a impactar a grandes exportadoras de México, entre ellas General Motors, Ford, Stellantis, Nissan y Toyota, e incluso en mayor medida a BMW, KIA y Volkswagen.
Gerardo Gómez mencionó que la situación es confusa y será hasta el 2 de abril cuando se pueda definir hacia dónde se encaminará la relación comercial entre México y EU, en especial con el tema de los vehículos.
Agregó que “vamos a tener que seguir produciendo tal vez menos vehículos, vamos a exportar menos vehículos con precios mayores que va a pagar el consumidor final. La capacidad en EU la tienen para poder implementar nuevos modelos, llevárselos allá, pero les va a tomar de 2 a 4 años, entonces aquí el reto es si en cuatro años cuando cambie de presidente no tomen otra dirección y se vuelva a revertir todo”.
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Bazar
Ago. 12, 2020, 1:35 p.m.