Desde el punto de vista macroeconómico la menor afectación que tendrá el terremoto de este 19 de septiembre frente al de 1985 se debe a que la estructura de mercado es muy diferente a la de entonces, cuando se tenía un control significativo de los precios, una mayor participación del gobierno en la actividad económica y en general ésta se concentraba en el centro del país, dijo Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base.
Y aunque las zonas afectadas por ambos terremotos contribuyen de manera importante en la actividad productiva mexicana, la magnitud de dicha contribución ha disminuido en el tiempo”, dijo.
Una diferencia importante es que hace 32 años el país aún no se abría por completo al comercio internacional, por lo que industrias exportadoras eran más pequeñas y se ubicaban en la región central del país.
En 1985 los estados afectados por el sismo representaban más del 50% de la actividad manufacturera del país, en 2015 este número se redujo a 30%, además hoy se cuenta con el FONDEN y con el bono de desastres del Banco Mundial, que en teoría deberían de agilizar la reconstrucción y por lo tanto la actividad económica de la región afectada.
“Con los datos disponibles se estima que el reciente terremoto tendrá como consecuencia macroeconómica una pérdida de 0.2 puntos porcentuales sobre el PIB de este año. Hacia adelante, para el crecimiento económico del 2018 dependerá de qué tan rápido se realicen los trabajos de reconstrucción de los edificios, el turismo en la región se recupere y en general que la actividad económica se normalice en las zonas afectadas por el sismo”, sostuvo Siller.
El sector servicios y el consumo familiar serán los más afectados, dado que, las aseguradoras tendrán que pagar los seguros de los daños en bienes inmuebles y hay retraso o suspensión de viajes en avión o en carretera, entre otros, lo que se traduce en costos que las empresas tendrán que asumir y que repercutirán en un crecimiento menor del sector servicios durante el tercer trimestre.
También está la situación de las familias que quedaron sin hogar, las oficinas que quedaron inhabilitadas y la disminución en la confianza del consumidor causada por la tragedia, apuntó.
Las pérdidas económicas por los daños del sismo de 1985 se estimaron en 4 mil 103.5 millones de dólares, según la CEPAL, que a precios actuales son 9 mil 268.5 millones de dólares, lo cual equivale al 2.7% del PIB estimado para ese año.
Siller señala que hace 32 años, el 87% correspondió a daños directos en infraestructura, mientras que el 13% restante fue producto de daños indirectos, esto incluye pérdidas de ingresos o producción, mayores gastos para la prestación de los servicios, y gastos derivados de la emergencia y rehabilitación temporal.
Al interior de los daños directos, el sector público fue el más afectado, con el 34% del total de los daños, seguido por la vivienda con el 15.7%, el sector salud con 15.4%, la infraestructura educativa (11.4%) y la pequeña industria y comercio (8.9%), indicó.
Los costos de los daños causados por el sismo del pasado 19 de septiembre, podrían ascender a entre 9 mil 800 millones de dólares y 10 mil 100 millones de dólares, lo que representa casi el 1% del PIB, según estimaciones de Enki Research, organización especializada en este tipo de estimaciones.
De acuerdo con información publicada por periódico El Financiero, este cálculo incluye los daños asegurados y no asegurados, la pérdida de ingresos empresariales y la recuperación de los costos que no se compensan dentro de un año.
Y sólo entre el 12 y 15% de eso estaría asegurado, dijo Chuck Watson, modelador de riesgos de esta organización al rotativo mexicano.