La semana pasada estaba programado el segundo ajuste al precio de la gasolina para este año; sin embargo, el gobierno federal decidió mantener sin cambios el valor del combustible, pues no hubo mayores variaciones en el tipo de cambio y el precio internacional del petróleo; sin embargo tuvo que “subsidiar” una parte del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), situación que podría complicar todavía más el panorama de la deuda, detalló CI Banco.
A pesar de los planes que tenía el gobierno federal para implementar recortes presupuestales adicionales, estos no se llevaron a cabo, al tiempo que la deuda total del sector público subió a 49.1% del Producto Interno Bruto (PIB) y el déficit, es decir, el dinero que le faltó al gobierno federal para solventar sus gastos, alcanzó 2.9% del PIB.
Pese a que el déficit al cierre del año anterior fue menor al 3.5% autorizado por el Congreso de la Unión, la calificadora Moody’s esperaba una consolidación fiscal y una reducción de este indicador a 2.5% para 2016, lo que incrementa las presiones sobre la evaluación de la calidad crediticia del país.
Desde marzo del año pasado, la empresa ratificó la calificación de México en A3, pero rebajó la perspectiva a “negativa” desde “estable”.
CI Banco abundó que en un escenario donde el pago del servicio de la deuda seguirá en aumento por el alzas en las tasas de interés referencial de México y Estados Unidos, así como la presión del tipo de cambio y con poco margen de maniobra para aumentar ingresos públicos que controlen los niveles actuales de deuda y déficit público, este tipo de decisiones no mejoran la situación de las finanzas del sector público.
“Los ingresos públicos seguirán limitados, ya que se condicionó no aumentar más los impuestos, los ingresos provenientes del sector petrolero seguirán bajos por varios años más, y el crecimiento económico seguirá siendo muy modesto (1.5% para 2017)”, alertó el banco.
Además, señaló que será muy difícil reducir el gasto en lo que resta del sexenio, debido al entorno externo y la proximidad de las elecciones presidenciales de 2018.
“El IEPS a gasolina y diesel se ha convertido en una fuente importante de ingresos públicos. El año pasado estos ingresos representaron el 5.7% del total, un crecimiento de 22.5% en términos reales respecto a 2015. La importancia crece ya que si se excluye el remanente de operación del Banco de México, los ingresos del sector público sólo crecieron 0.7% en 2016”, detalló.
Con el panorama económico que enfrenta el país es muy probable que este año la recaudación se estanque y las necesidades de recursos serán una prioridad, pues el gobierno debe enfocarse en reducir la deuda pública como porcentaje del PIB, pues es el principal elemento que consideran las calificadoras para ser si ajustan o no la calidad crediticia del país.